El método Montessori puede ser difícil de resumir en pocas palabras: es una filosofía profunda sobre la educación y el desarrollo infantil. Es una forma de ver el mundo. La forma más fácil de hacerse una idea de lo que Montessori significa es escuchar a los educadores que siguen su lenguaje. Los maestros Montessori usan un lenguaje que respeta al niño y proporciona expectativas consistentes. Las palabras se eligen cuidadosamente para alentar a los niños a ser pensadores críticos, independientes y motivados.
Aquí hay siete frases comunes que probablemente escucharás en cualquier clase Montessori, y que puedes incorporarlas a tu vida familiar.
1.- "Te he visto esforzándote mucho”
El enfoque en el proceso es un principio clave de Montessori. Evita decirle al niño “buen trabajo” o “que bonito te ha quedado” y, en su lugar, comenta y valora el esfuerzo que se ha hecho en el proceso.
Elogia el trabajo duro de tu hijo, en lugar de sus resultados, esto ayuda a inculcar una mentalidad de crecimiento donde él o ella cree que puede mejorar a través de su propio esfuerzo. En lugar de decirle: "Eres un buen chico", dile "Me di cuenta de que ayer te portaste bien con tu hermano pequeño al compartir tu camioneta". Esto le muestra que ves su buen comportamiento, sin juzgarlo. En lugar de decirle: "Eres un artista muy bueno", prueba, "Te vi esforzándote mucho en tu dibujo hasta que te quedó tal y como querías”.
2.- "¿Qué opinas de tu trabajo?"
En Montessori, el niño es su propio maestro. Los maestros están allí como guías para darle lecciones y ayudarlo, pero él descubre las cosas por sí mismo a través del ambiente y los materiales cuidadosamente preparados. El autoanálisis es una gran parte de ese descubrimiento.
Cuando tu hijo te pregunte: "¿Te gusta mi dibujo?", Intenta preguntarle sobre él en lugar de decir que te encanta. Pregúntale qué opina él, que representa para él, por qué decidió utilizar esos colores, qué es lo que más le gusta a él y qué es lo que menos. Ayúdale a empezar a evaluar por sí mismo su trabajo en lugar de buscar siempre la aprobación de los demás.
3.- "¿Dónde puede estar?"
La independencia es otro valor clave en cualquier clase u hogar Montessori. Nuestro objetivo como maestros es ayudar a los niños a hacer cosas por sí mismos. Entonces, aunque a veces es más fácil contestar a la pregunta de un niño sobre dónde está algo o cómo hacer algo, a menudo respondemos a sus preguntas con otra pregunta cómo, "¿Dónde puedes estar eso?" o "¿A qué amigo podrías pedir ayuda?" Si tu hijo pierde su zapato y lo ves asomándose por debajo de la cama, intenta hacerle algunas preguntas, en lugar de dárselo. "¿Dónde estabas cuando te quitaste los zapatos? ¿Has revisado tu habitación?" Puede ser más largo y llevar más tiempo, pero valdrá la pena cuando tu hijo comience a tomar la iniciativa y a depender menos de ti.
4. "¿En qué parte quieres que te ayude?"
En una clase Montessori, los niños y niñas son responsables de muchas cosas, incluido el cuidado de su entorno. Los niños a menudo se enorgullecen de esta responsabilidad, arreglando las flores para poner en las mesas, regar el jardín, dando de comer a la mascota etc. A veces, un trabajo puede ser demasiado grande y abrumador para un niño. En estos casos, preguntamos cómo le podemos ayudar. No buscamos resolver rápido la situación y dar el mensaje de que el niño no es capaz de hacerlo, pero tampoco queremos que el niño se sienta abrumado por un exceso de responsabilidad para su edad.
Por ejemplo: si tu hijo está muy cansado, y tiene que recoger del suelo todas las piezas de Lego antes de acostarse, esto puede ser abrumador. No tiene que ser todo o nada. Prueba a decirle “¿qué color quieres que recoja yo?” para mostrarle que estás con él.
5. "En nuestra clase, nosotros ...." (Y en casa "En nuestra casa, nosotros ...")
Esta frase se usa para recordarles cuáles son las reglas y comportamientos deseados. Es mucho más probable que los recordatorios como declaraciones objetivas sobre cómo funciona la comunidad, en lugar de mensajes imperativos, provoquen la cooperación del niño. Decir "En nuestra clase, nos sentamos mientras comemos" es menos probable que incite una lucha de poder que "Siéntate". Como todos nosotros, los niños quieren ser parte de la comunidad, y simplemente les recordamos cómo funciona la comunidad.
Si tienes una regla sobre caminar en casa, en lugar de decir "deja de correr", intenta decir "En nuestra casa nosotros caminamos, no corremos” y observa si te hace más caso.
6. "No lo molestes, está concentrado"
Proteger la concentración de los niños es parte fundamental de la filosofía Montessori. Las clases Montessori dan a los niños amplios espacios de tiempo de trabajo ininterrumpido, generalmente tres horas. Esto les permite desarrollar una concentración profunda, sin ser molestados porque el horario dice que es hora de pasar a aprender otra cosa.
Puede ser tentador felicitar a un niño que trabaja maravillosamente, pero a veces incluso haciendo sólo contacto visual es suficiente para romper su concentración. La próxima vez que pases junto a tu hijo o hija mientras se concentra en dibujar o construir una torre, pasa de largo sin decirle lo bueno que es. Puedes hacerte una nota mental y decirle más tarde que lo viste esforzándose mucho en su creación.
7. "Síguelo"
Este último es importante y es algo que los maestros Montessori nos decimos unos a otros, y se lo recordamos a las familias a menudo. Debemos "seguir al niño", confiar en que cada niño está en su propia línea de desarrollo interno, que él está haciendo algo por una razón. Esto nos recuerda buscar el motivo detrás del comportamiento. Seguir al niño significa recordar que cada niño es único y tiene sus propias necesidades, pasiones y dones individuales, y que se le debe enseñar y guiar en consecuencia.
Si no logras que tu hijo se interese por la lectura, averigua qué temas le interesan, incluso si le encanta hacer tonterías es posible que un libro sobre chistes despierte su interés, y no el clásico infantil que tenías en mente.
Recuerda "seguir a tu hijo" puede ayudarte a verlo de otra manera y trabajar con él en lugar de hacerlo contra él. Una de las cosas más bellas de Montessori es que es mucho más que un tipo de educación: es una forma de ver y estar con los niños. Incluso si tu hijo o hija no va a una escuela Montessori, puedes llevar fácilmente sus enseñanzas a casa y adaptarlas a tu vida familiar para potenciar la independencia y la concentración de tus hijos.
Por Cristina Clemer
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