Puede ser que lo escuches cuando sea el rato de lectura diario, con los deberes de la escuela o quizás cuando un día de lluvia le sugieras “¿Por qué no lees un libro?” Y entonces te responde, “odio leer”
Cuando tus hijos te dicen esto, es difícil saber cómo afrontarlo para que la cuestión no se convierta en una batalla de voluntades y se lo acabes imponiendo por la fuerza, lo cual pueda generar un sentimiento de aversión todavía más fuerte. Algunos expertos sugieren enfocarlo de la siguiente manera:
1.- Descubre el por qué
Ayuda a tus hijos e hijas a crecer como entusiastas lectores. Descubre el por qué no les gusta leer, habla con sus profesoras y averigua que hay detrás de esa aversión. Las dificultades de aprendizaje no diagnosticadas pueden ser la causa de dicha aversión y la primera parada para tratar de descubrirlas es hablar con sus maestros para determinar si es el caso de que necesiten un apoyo especializado.
Para otros niños quizás sea un tema de no haber encontrado el libro adecuado, y otros se distraen con la tecnología. Descubrir el por qué te ayudará a descubrir cómo abordar el problema. Busca un libro sobre un tema que le interese o que sea más apropiado para su nivel de lectura, busca momentos donde estén más apartados de la tecnología para presentar la opción de la lectura como un gran entretenimiento.
2.- ¿Qué prefieres hacer?
Pregúntales a tus hijos que preferirían hacer en lugar de leer, pregúntales cuántas páginas creen que pueden leer antes de ir a hacer aquello que prefieren hacer. Quizás tenga los deberes y la obligación de leer algo que no le interesa, dales un descanso intermedio, permíteles que jueguen un rato y luego regresen a la lectura. Muchas veces es bueno tener una agenda de la tareas que deben realizar, pero permíteles hacer un parón intermedio para realizar una actividad con la que se sientan más cómodos para luego regresar con ese estado mental a la lectura. A veces simplemente están abrumados con tanta obligación y necesitan tiempo de juego y un descanso.
3.- ¿Y si te leo yo?
Cuando se están desarrollando como lectores, su comprensión auditiva es mayor a su comprensión lectora. Este es el motivo por el cual es bueno que los niños y niñas necesiten escuchar el texto que se suponen que deben leer. Leerles en voz alta también despierta el interés de los niños en la lectura porque los involucra con un lenguaje y argumentos más complejos de los que ellos pueden acceder por sí mismos.
Así que busca un libro sobre un tema que les guste anímalos a leer y también léeles tú en voz alta siempre que puedas.
4.- Llévalos a la biblioteca
Déjalos sueltos por la biblioteca y diles que pueden coger tantos libros como quepan en una bolsa, luego de todos ellos pídeles que escojan cuál es el que más les gusta y prefieren leer. Dar esa libertad y propiedad hará que los libros les parezcan más atractivos y abordarán el tema con mayor entusiasmo. Por otro lado verán un ambiente muy propicio a la lectura y ya sabemos que los niños imitan como mecanismo de aprendizaje.
5.- Es tu cerebro que está creciendo
Si te dicen que leer es aburrido, no les gusta o lo odian, lee entre líneas. Quizás te están diciendo que no entienden lo que leen, trata de evitar que cultiven esa mentalidad ya que a veces lo que realmente pueden estar diciendo es que no entienden algo, y esa mentalidad a veces puede causar futuros problemas dado que hay personas que cuando un tema les resulta difícil directamente se desentienden y les es más fácil decir “no soy bueno en eso”
Cuando la lectura se convierta en un trabajo pesado recuérdale dónde ha llegado como lector, y que cuando se pone difícil están creciendo las conexiones de su cerebro y se está volviendo más inteligente.