Los meses de verano suelen ser meses con menos normas y horarios, nuestros hijos están más ociosos y pasan más tiempo al aire libre. A veces, sus cerebros pueden sentirse algo desconcertados sin la organización y rutinas que los guían durante el resto del año. Pero ya sea que estén en el campo, la playa, piscina... sus cerebros siguen activos y como madres y padres tenemos el deber de proporcionarles ejercicios mentales para que el ritmo de aprendizaje no cese, ofreciendo actividades estimulantes para fomentar también el amor por el aprendizaje, la toma de decisiones y el razonamiento. Y que de esta manera sea más sencilla su posterior adaptación a la escuela.
A parte de juegos de mesa, ajedrez, puzles, sudokus etc. que funcionan muy bien en niños y niñas algo mayores para trabajar la atención, el razonamiento y la concentración, podéis llevar a cabo toda una serie de actividades que activan y estimulan procesos cognitivos básicos y hace que experiencias de la vida tengan un sentido real, las emociones se relacionan con la corteza prefrontal. La corteza prefrontal es la parte del cerebro que procesa la emoción y el pensamiento, y cuando se activa puede reducir la respuesta contra el estrés.
Estas son algunas de las actividades que yo utilizo:
1. Su día
Nada es más decisivo para nuestro bienestar que sentirse valorado, capaz, amado y escuchado. Como familia, designa un día específico para tu hijo o hija. Elige y planifica sus cosas favoritas. Este es un excelente modelo para los niños, ya que ellos también pueden mostrar su aprecio por todo lo que hacen y son. No tiene por qué costar dinero. El verano está lleno de oportunidades, planea una comida o una excursión a un lugar favorito, escribe un poema o una historia, lee un cuento, ve una película…
2. Qué personaje eres hoy
Juega con tus hijos a las profesiones, elegir un rato de un día a la semana para disfrazarse y jugar a ser médico, profesor, veterinario, superhéroe etc. Esta actividad es muy interesante ya que al realizarla tus hijos estarán interiorizando diferentes actitudes y sentimientos para luego llegar a desarrollar conductas y cualidades como la iniciativa, la proactividad, el ingenio, el valor etc. A jugar.
3. La búsqueda del tesoro
Es un juego que gusta a niños de todas las edades, esconde algún pequeño tesoro por la casa y pon toda una serie de pistas que se relacionen entre sí y que deberán resolverse para encontrarlo. Para encontrarlo tendrán que ejercitar su mente, desarrollando un razonamiento lógico, la memoria y la atención.
4. Libera tu postre
Nuestros hijos tienen películas, colores, hábitos, intereses, libros favoritos, etc. Una noche a la semana, después de la cena, pongo en la servilleta un Post-it con algunas pistas sobre algún tema que les guste. Para desbloquear el postre, deberán adivinar de qué personaje, animal, o película se trata. Procuro que sean algunos datos sencillos sobre temas de su interés para animarlos a seguir ampliando conocimientos y que los ya adquiridos se fijen en ellos a través de las experiencias. Esto es muy motivador e interesante porque, como los humanos somos buscadores de pautas y de novedad, a nuestros cerebros les encanta descubrir información basada en pistas o partes de un tema. Todavía hacemos esto hoy con nuestros adolescentes, y les encanta adivinar mientras comemos y nos reímos de algunas de las pistas dadas.
5. El día al revés
Todos quedamos atrapados por nuestro estilo de vida y rutina, nos sentimos seguros, pero a veces no se disfruta lo suficiente. Este día todo cambia. Comida, horarios, lugares. Prepara su almuerzo y llévelo a un área apartada o inusual. Haz la comida con un diseño especial, disfrazaros de personajes, tratar de hablar sólo en inglés durante la cena, vestiros de manera diferente. Trata de hablar sólo usando una vocal, por ejemplo, sustituye todas las vocales de cada palabra por la letra “i” y observa lo que sucede. Incluso si tienes que regañarlos. Risas aseguradas. Les vendrá muy bien entender que salir de la zona de confort y los cambios son positivos, ya que es seguro que algún día tendrán que enfrentarse a ellos.
6. El día de la creación
Esta actividad es mi favorita porque es ideal para calentar el cerebro y desarrollar una manera de pensar innovadora. Durante un rato de tiempo un día a la semana, preparo plastilina de colores y algunos objetos cotidianos, como algunas piedrecitas, ramitas, pinzas etc. y le digo que creen algún objeto determinado. En un tiempo acordado, cada hijo comienza a construir su creación, durante este tiempo creativo la conversación se reduce al mínimo. Cuando terminan tienen que explicar su creación. El niño se anima a aprender sobre las formas que quiere plasmar e imagina y desarrolla los pensamientos que tiene en su mente. Estas actividades buenas para el cerebro también son excelentes para cualquier clase, así como para la diversión de verano en casa.
7. Las letras del tesoro
Da a los niños una caja grande y envíalos a la búsqueda de su tesoro (si no te importa que te pongan la casa del revés). Dales un límite de tiempo y pídeles que compitan si quieres. Di el nombre de una letra del alfabeto, por ejemplo, la “M” y tendrán que encontrar con un tiempo limitado y meter dentro de la caja un objeto que comience por esa letra, por ejemplo, una manzana. Todas las letras del alfabeto deberán ser cubiertas. Y los artículos deben caber en la caja. De esa manera trabajarás su razonamiento, la concentración y su juicio crítico.
Por Lorena Castel
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