Hay al menos dos cuestiones que enseñanza y crianza tienen en común, ambas influyen en los resultados sociales, educativos y psicológicos. Tanto los maestros como los padres pueden contribuir a potenciar o arruinar las vidas de sus hijos. Los grandes maestros pueden hacer que la magia suceda. Pueden hacer que los estudiantes saquen lo mejor de sí mismos.
Aquí hay 10 cosas que los padres y madres pueden aprender de los grandes maestros y maestras:
1.- No excuses a tu hijo
Proteger a nuestros hijos es algo natural, pero excusarlos les hace más daño que bien.
La evidencia sugiere que esperar muy poco de nuestros hijos puede condenarlos a una vida de bajo rendimiento. Además, es más probable que los niños y las niñas tengan éxito cuando los padres establecen grandes expectativas (ni demasiado altas ni demasiado bajas).
Hazle un favor a tu hijo, destierra las bajas expectativas.
2.- Regresa a la mesa de dibujo
Una cosa que todo buen maestro sabe es que las cosas no siempre salen como las hemos planeado. El próximo curso volverás a tener algunos estudiantes no demasiado interesados.
Y esto también sucede en ocasiones con la educación de los hijos. Algunas veces intentarás todo y nada funcionará. Ten un plan B. Intenta algo diferente. No te rindas.
3.- Padre/Madre con un plan
Es justo después de ser padre o madre que te das cuenta de que el consejo “ya sabrás qué hacer” no funciona. El proceso de crianza de un hijo está lleno de duras lecciones. La mitad de las veces, no tienes ni idea de cómo debes reaccionar, y la otra mitad estás ocupada "apagando incendios".
Una gran maestra tiene un plan sobre lo que quiere lograr. Ella tiene objetivos claros. Ella enseña de una manera que refleja esos objetivos.
No permitas que la forma de criar a tus hijos se vea guiado por fuerzas externas. Decide conscientemente qué valores quieres transmitir a tus hijos y actúa en consecuencia.
4.- Crea un sentido de pertenencia
Todos anhelamos un sentimiento de pertenencia.
Los niños se comportan mejor cuando sienten que importan, y sus opiniones y sentimientos son importantes. Muchas evidencias sugieren que los niños criados en familias democráticas rinden mejor académicamente y tienen menos probabilidades de recurrir a comportamientos socialmente destructivos, como el uso de drogas.
Identifica los puntos no negociables, y estate dispuesta a negociar el resto. Las familias en la que la toma de decisiones es común tienen más probabilidades de disfrutar de relaciones positivas entre padres e hijos. Un estudio sugiere que los niños de estas familias tienen más probabilidades de comportarse mejor que en familias donde los padres son permisivos o muy autoritarios.
Muestra respeto a tu hijo. Escucha desde el corazón.
5.- Trabaja la charla
Tal y como han demostrado los estudios de Albert Bandura, los niños aprenden observando e imitando comportamientos específicos de aquellos a quienes consideran sus modelos. Los niños, especialmente los más jóvenes, aprenden observando a sus padres y madres. Sé el padre o madre que quieres que sea tu hijo.
Si quieres que tu hijo sea respetuoso, muéstrale respeto. Si quieres que tu hija comience a ahorrar, deja que te vea ahorrar. Si deseas que tus hijos adopten la simplicidad como forma de vida, deshazte de todas las cosas que ya no necesitas.
6.- Acércate
Todos los maestros saben que la manera más rápida e infalible para hacer que un niño deje de comportarse mal es acercarse. Esto funciona igual de bien cuando se trata de la crianza. Acercarte y entablar contacto visual funciona de maravilla. Te servirá para tener que gritar menos, tener que repetirte y mantener tu cordura. La próxima vez que tu hijo se comporte mal, acércate y mírale a los ojos. Funciona.
7.- Permite que tu hijo falle
El fracaso es una de las mejores lecciones de la vida. Enseña a los niños sobre la resiliencia. Construye carácter. Les enseña sobre la vida. No elogies el bajo rendimiento. Hay pruebas de que al hacerlo, puedes llevar a tu hijo a la alabanza asociada con el fracaso. En cambio, convierte el fracaso en una enseñanza trascendental. Concéntrate en el esfuerzo, compartir historias de personas que tuvieron fallos antes de que finalmente obtuvieran éxito puede ayudar a enseñarle a tu hijo la importancia de la persistencia.
8.- "Ponte tu propia máscara de oxígeno primero"
Ser padres es difícil y desordenado. A veces tienes que lidiar con los problemas de la infancia, consejos no deseados, críticas de otros y tus propios temores de ser inadecuado o no lo suficientemente bueno. Otras veces estás cansada, frustrada, pensando en el millón de cosas que tienes que hacer etc.
La mayor diferencia entre ser maestro y ser padre/madre es que un maestro puede renunciar a ello cuando quiera. Tú no puedes. Ser padres es difícil y será más difícil si te pierdes a ti mismo. Así que tómate tiempo para ti.
9.- Deja de rescatar a tus hijos
Los especialistas en desarrollo infantil de todo el mundo coinciden en que los niños aprenden mejor cuando están activos. Aprenden mejor cuando aprenden de sus errores. Su confianza aumenta cuando participan en la toma de decisiones. Ten en cuenta las actividades apropiadas para su edad. Crea ambientes que fomenten la independencia de tu hijo. Aliéntela a tomar decisiones.
10.- No olvides que los niños son niños
Los niños son niños y hacen las cosas que los niños deben hacer. Intentar que "crezcan más rápido" o "ser más adulto" puede tener consecuencias destructivas. Relaja tu control sobre ellos, excepto cuando se estén lastimando o estén lastimando a otros.
By Sanya Pelini